
En tanto, el extraño personaje siguió caminando, pasando de uno a otro fortín repitiéndose la misma historia; o sea, dejando a su paso a los españoles sumindos en un profundo sueño.
Los mapuches, siempre espiando a sus enemigos, se extrañaron al no escuchar clarines ni voces de mando; cautamente se aventuraron a entrar en los fuertes: los españoles todos, tendidos en el suelo, dormían profundamente
Luego celebaron grandes machitunes en honor de su dios. Porque solo un dios protector bajo laforma de aquel ser de largos cabellos, pudo hacer lo que había hecho, viendo que ellos, sus hijos, carecían de armas como la de los huincas y viendo la luche desigual, quiso bajar a esas sus tierras para protegerlos...
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